Todo era perfecto, mis padres como de costumbre, no estaban en casa, encendí la tele para que los vecinos no sospecharan y me dirigí al cuarto de baño a comenzar mi obra. Mis materiales? Una simple cuchilla de afeitar y una bañera hasta rebozar de agua.

No tuve miedo, no dude. El corte fue preciso, poco a poco el agua de la bañera fue adquiriendo un precioso tono escarlata mientras sentía como los colores de mi vida se iban apagando, antes de cerrar los ojos vi como el rojo del agua se volvía negro y todos los colores desaparecían de mi vista, Seria eso la muerte?

Ya nada tenia sentido pues mi objetivo por fin había logrado.

-Soy libre! - Pensé.

Ya no sufriría mas en un mundo que no estaba hecho para mi, ya no tendría que seguir soportando esa soledad, ya no tendría que esperar a que apareciera alguien que pinte de un color calido mi fría vida. Cerré lo ojos y todo se torno negro...